Mestizaje superficial

Crítica, Aukeran

Arropados por un vistoso y llamativo montaje de iluminación y un variado y original diseño de vestuario, los componentes de Aukeran pusieron en escena su último trabajo bajo el título Bideak en lo que fue el último espectáculo de danza de la Feria de Teatro donostiarra. La compañía continúa en este nuevo montaje con su habitual enfoque que, sin embargo, adquiere algunos nuevos matices. Por un lado, encuentra mayor rigor en la puesta en escena y en la forma de ensamblar la sucesión de sus danzas. Por otro, consigue hallar más variedad en las coreografías propuestas con una rica y desenvuelta utilización del espacio. Algunas escenas con la cinta elástica y la de las peleas o la de los palos disfrutaron de abundante dinamismo y creatividad, así como de un excelente tono energético.

La utilización de numerosos recursos escenográficos desde el principio de la obra le proporcionó al espectáculo peso y solidez en algunas ocasiones pero les llenó de falsa grandiosidad en otras.

La danza propuesta en este trabajo posee un mestizaje muy superficial y mantiene un espíritu en el que se subraya el virtuosismo como máximo logro en la exposición de su danza. Aunque en este aspecto también encontramos nuevos matices, con algún momento íntimo, es principalmente una danza festiva que busca más estimular al público a través del contagio de la energía vital, que profundizar verdaderamente en nuevos terrenos creativos.

Los bailarines mantienen una buena presencia escénica en general, aunque en ocasiones quedan al descubierto importantes carencias en su preparación técnica que originan una calidad de movimiento forzada y falta de fluidez. En su expresividad pudimos encontrar alegría y energía desbordantes, eso sí, desprovista de matices.

La actuación de Aiert Bobide merece especial mención, destacando sobre el resto de sus compañeros, por su potencia física y su natural fuerza expresiva. El público (o parte de él) no supo adoptar la escucha necesaria que requiere todo espectáculo precipitando los aplausos y jaleando incluso a sus conocidos en el escenario con una total falta de ubicación.