El acto se enmarca dentro del programa de la muestra "Navarra, el orgullo de un Reyno" - Se trata del segundo de los cuatro homenajes que se realizarán a los embajadores de la cultura y tradición foral

En un acto celebrado en El Corte Inglés de Pamplona, la comisión organizadora de la muestra Navarra, el orgullo de un Reynorealizó un emotivo homenaje a los miembros de la comparsa.

En la tarde de ayer, los asistentes pudieron disfrutar en el escenario de la exposición, en la 8ª planta del centro comercial, de un concierto a cargo de la Coral de Elizondo. Por la mañana, fueron los homenajeados, los danzantes de Ochagavía, los que deleitaron a cientos de personas en las calles García Ximenez y Tudela.

El ciclo de las danzas de Ochagavía, uno de los más importantes del patrimonio coreográfico de Navarra, se pierde en el fondo de los tiempos. Aunque siempre se dice que los danzantes, que no danzaris, llevan 300 años bailando delante de la Virgen de Muskilda, hay datos que sitúan algunos de sus números mucho más atrás en el tiempo. Sea como sea, este corpus de danzas, compuesto por cuatro números de palos (katxutxa, danza, emperador y modorro), un popularísimo paseo de castañuelas, la Pañuelo-dantza y la magnífica Jota, que constituye un desafío individual para cada uno de los componentes del grupo, ha llegado al siglo XXI en perfecto estado de salud, sobre todo por el tenaz empeño de los salacencos, y de los vecinos de Ochagavía en particular, por mantener este precioso legado.

Navarra, el orgullo de un Reyno, La exposición estará abierta hasta el 24 de Octubre en la octava planta de el Corte Inglés en horario de 10 a 22

El director de Turismo del Gobierno de Navarra, Carlos Erce (en el centro), posa con los Danzantes de Ochagavía en la entrega a José Javier Sagardoy de la distinción de "Vecinos de Honor del Reyno". CEDIDA

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Actuación de los danzantes en la calle. JORGE NAGORE

El Bobo, un personaje enigmático

Las danzas de Ochagavía se relacionan directamente con el culto a la Virgen de Muskilda, pero tienen muchos otros puntos de interés y muchas figuras en las que sustentarse, como el Mayordomo (que lleva la contabilidad y cuida el vestuario), la Serora (o encargada de cuidar la ermita), los danzantes que a lo largo de los siglos han protagonizado las coreografías y, sobre todo, el Bobo, ese personaje enigmático y bifronte que preside el cortejo, que dirige las danzas, que las ejecuta cuando le toca, y que, bien a cara tapada, bien a cara descubierta, nos habla de unos orígenes mitológicos y rurales. Desde el año 1977, este significativo papel recae en una persona muy importante para las danzas de Ochagavía, un magnífico danzante, carnicero de profesión y comprometido con la cultura de su tierra. Se trata de José Javier Sagardoy, el Bobo por antonomasia de este grupo de danzantes. En él se puede personalizar sin temor a equivocarse la lucha de todo un pueblo por mantener vivas sus tradiciones.