Hace unos días encontraron en una casa de Isaba alrededor de 40 trajes cuya existencia era desconocida. Este jueves, día grande de las fiestas de la villa roncalesa, las jóvenes del pueblo pudieron vestirse al modo tradicional gracias a este descubrimiento y bailar frente a sus vecinos y visitantes. Cuando se recuperó este baile hace 45 años, los vecinos del pueblo se hicieron cada uno sus trajes, se guardaron y hasta este año estaban ocultos.

“Esos trajes estaban un poco olvidados, ahora han salido a la palestra y por eso el viernes ha habido más gente que nunca vestida de roncalesa”, comentaba Julio Beretens, encargado de ondear la bandera. Las jóvenes del pueblo fueron las protagonistas durante los bailes, ya que superaron en número a los varones. “Los chicos son más reacios a vestirse”, bromeaba Beretens.

Antiguamente, Isaba se encontraba en una zona de armas, es decir, cada vecino podía tener su arma para defender la frontera. Beretens, de 65 años, lleva siendo una veintena de años el encargado de ondear la bandera y este jueves no faltó a la cita: “Una vez al año se realizaba revista de armas, para que todos tuvieran en buen estado las armas. Ese día, según dice la historia se ondeaba simbolizando la bandera que se defendía. Nosotros no lo hemos vivido pero se ha instaurado como una tradición y es algo que gusta mucho”.

El Ttun-ttun de Isaba y el de Uztárroz precedieron un baile popular al que se sumaron los más animados, quienes el calor no atosigo. Idoya Egozkue y Eraiz Anaut, son dos jóvenes de Isaba que pidieron los trajes al ayuntamiento para que esta tradición no quede en el olvido. “Los nuestros son prestados para que haya más gente que se vista y se mantenga el baile, pero hay algunos que se lo hacen en sus casas, todos los que los llevamos somos de Isaba”, comentó Egozkue. “Echamos un vermú y a casa, pero no vamos a estar todo el día con el traje, que da calor”, declaró Anaut. Las fiestas comenzaron el miércoles, víspera de Santiago y continuarán hasta este domingo.