Humor titánico

Maiatza dantzan "Agur Titan" de Q.RO Danza

Agur TItán es la aventura en la que se embarcan cinco bailarines y/o actores para mostrarnos el hombre ante el 2000. Ellos son los elegidos para experimento titánico que reflexiona sobre la base de pequeñas escenas cotidianas con el nuevo milenio de fondo. Energía y grandes dosis de humor son los rasgos más sobresalientes del tercer trabajkp de Cristina Quijera.

La directora de Q. RO optó en 1997 a las ayudas de creación coreográfica del Gobierno Vasco y fruto de ello nacieron dos piezas cortas: La Fundición, estrenada en 1997, y otra presentada en la muestra 7x15 de Nuevos Coreógrafos Vascos (abril-mayo 1998). Agur Titán continúa el espíritu de las obras precedentes en una especie de hermanamiento entre la danza y el teatro donde se desdibujan los límites que separan a ambas ramas de Arte.

Una voz en off invita a los conco bailarines/actores a vivir una experiencia nueva recreando pequeños momentos del hacer cotidiano como una discoteca, la adicción a Internet o los instantes íntimos de una pareja.

La transición entre los fragmentos de danza y teatro propiamente dicho es bastante tajante de manera que quedan los retazos un tanto enconexos entre sí. Los diálogos, o mejor dicho, monólogos de la parte teatral, son ingeniosos, sarcásticos e hilarantes. A veces recurren al sencillo truco de la risa fácil, pero en su conjunto dinamizan el espectáculo.

En cuanto a las secuencias de danza, Quijera ya avisó que no buscaba el virtuosismo ni la perfección técnica en sus bailarines. Sin embargo, pese a no incluir grandes novedades coreográficas resulta admirable la colección de movimientos al límite en una búsqueda constante de las posibilidades del cuerpo humano. El perpetum movile de los danzarines a un ritmo lento habla de la resistencia y elasticidad necesario para ejecutar la coreografía. Asier Zabaleta esta magnífico en el movimiento lento y en la recreación robótica del principio. Quizás, su bagaje por Arteszena, A Deshoras y la Compañía de Vicente Sáez han dejado en él un poso suficiente como para trabajar con mayor intensidad en nuevas experiencias coreográficas.

De repente un cambio brusco en la iluminación anuncua que el espectáculo va a concluir. Con las campanadas de entrada al 2000 el experimento agoniza. Agur Titán, hola Maiatza Dantzan 99.