Galicia sin relieve

Crítica, El Tinglao

Nos encontramos con una escena poblada por las apariciones de los diferentes personajes y las breves y escuetas situaciones que entre ellos se van dando. Estas no terminan de definir bien la historia, si bien, todos y cada uno de los cinco intérpretes mostraron capacidad técnica y preparación, definición en el gesto y fuerte expresividad. No fue suficiente para sustentar la obra, que no consiguió despegar ni trascender, con un desarrollo falto de relieve.

El lenguaje coreográfico se mueve principalmente dentro de los márgenes de lo gestual. Crea una sucesión de imágenes de cierta plasticidad que no arrancan hacia una verdadera danza ni poseen la suficiente fuerza en sí mismas como para transformar la emoción.

El montaje musical aportó ritmos y sonidos muy interesantes. El momento más brillante pudo ser la escena de la vendedora de productos milagrosos en la que el texto está perfectamente ejecutado, con gran pasión y total dominio del instante escénico. Aun así, quedó patente la ausencia de un verdadero fundamento reduciéndose a la suma de escenas de mediano interés.