Fiesta a ritmo de espadas

La ezpatadantza de la Virgen del Rosario volvió a representarse ayer en las calles de Elgoibar, tal y como sucede desde que hace cinco años se recuperara una celebración de la que se tiene constancia en escritos datados en el siglo XVI. La lluvia pareció mostrar la peor de sus caras, haciendo acto de presencia en los momentos iniciales de la representación, pero todo quedó en un amago y tanto el pasacalle que se celebró tras la misa en la parroquia de San Bartolomé como las cuatro piezas que se interpretaron durante el recorrido pudieron tener lugar. La celebración de la ezpatadantza volvió a contar con la respuesta entusiasta del público. Los dantzaris protagonistas del baile principal y el buruzagi estuvieron acompañados una vez más por una compañía de veinte soldados armados con largas espadas forjadas en Toledo, tal y como señaló Juan Antonio Urbeltz, responsable de la coreografía que Haritz Euskal Dantzari Taldea interpreta el primer domingo de octubre en las fiestas de la calle Rosario. Junto a ellos estuvieron la Banda Municipal de Txistularis, la compañía de fusileros y la corporación municipal de Elgoibar, que juega también su papel en esta representación.