Eraiki prepara sus iñudes y artzaias para el fin de semana previo al Carnaval

La comparsa de Caldereros saldrá el sábado por las calles de la ciudad y la de nodrizas y pastores lo hará el domingo

El fin de semana próximo, el sábado, sonarán sartenes y cazos por toda la ciudad, para advertir a los irundarras que esto ya está en marcha. Al día siguiente, iñudes y artzaias protagonizarán otro de los grandes momentos de las celebraciones en torno a Don Carnal. Quince años después de que Eraiki recuperara esta tradición decimonónica, se ha convertido en uno de los actos más consolidados y representativos del Carnaval local.

«Eraiki hizo un esfuerzo hace unos años para recuperar esta comparsa que ya salía en Irun a principios del siglo XX de la mano de Irungo Atsegiña», recuerda Koldo Ribera, miembro de este grupo de dantza de Behobia y uno de los responsables de este acto. «Estos últimos años, entre dantzaris adultos, niños, personajes diversos... participan más de 200 personas, además de las txarangas Gauerdi y Jostallu, y la Banda de la Escuela de Música, que participa en la representación que hacemos en el Ensanche». Y es que la comparsa se divide en dos partes: el recorrido por las calles y esa representación. «Nodrizas y pastores realizan cinco bailes que representan diversas cosas y que exigen la participación de algunos de los personajes: alcalde y alcaldesa, cura, médicos y enfermeras», explica Ribera.

Esos personajes son fijos, pero con el paso de los años se han ido incorporando carteros, piruleteros, mieleros, barquilleros, floristas, personas elegantes... Eraiki ha ido haciéndose con muchos materiales, ropa y atrezzo, para esta iniciativa. «Algunos comprados, sí, pero muchos donados por familias irundarras. Cosas de época, desde carros de bebés a chaquetones elegantes, que hacen la comparsa más lucida». Para que la cosa funcione realmente bien «hace falta que la gente eche una mano. Nosotros estamos deseando que la gente venga, que se anime a entrar en la comparsa, porque cuanta más gente, más vistosa va a ser. Pero hace falta que el que venga a participar aporte también algo, porque desde el grupo no podemos abarcarlo todo. Y la gente lo hace. Y se implica en los ensayos», como el que tuvo lugar ayer en la plazoleta de Behobia. «Sale muchísima gente que no tiene nada que ver con Eraiki, que nos contacta porque quiere salir. Por eso todos los años, un mes antes, hacemos una reunión informativa para hablar con los que quieren incorporarse y ver en qué podemos ayudarles».

El espejo de lo que supone participar en iñudes y artzaias es el final, «en los jardines de Luis Mariano. Llegamos con el deber cumplido y muy contentos. Hay buen ambiente, satisfacción... Es un momento muy bonito y a todo el mundo le gusta. A veces llegamos empapados, también es verdad», porque, como recuerda Ribera, «la norma es no suspender el acto aunque llueva. Hombre, si nos toca una ciclogénesis de ésas... Pero porque llueva no vamos a dejar de salir».

La propuesta de iñudes y artzaias se ha consolidado y en Eraiki lo han notado. «La gente disfruta haciendo esto y eso se transmite. A veces tenemos la sensación de que en la ciudad se conoce Eraiki más por esto que por cualquier otra cosa que hagamos. No es un problema, desde luego. Estamos muy contentos de haber recuperado esta parte del Carnaval tradicional, más allá de ese Carnaval de los disfraces que se lleva ahora. Que está bien, pero a nosotros nos gusta mantener vivo el patrimonio cultural de la ciudad con iniciativas como ésta o como el 'puska biltzea', que haremos el sábado siguiente por los caseríos de Behobia», recuerda.