Elai Alai vuelve a sacar las máscaras por Portugalete

El anonimato es el principal protagonista del verdadero carnaval. Ese que tenía un toque satírico en que salía a la luz después de ocultarse el rostro con una máscara. El mismo que se extendía por las calles años atrás donde todo el mundo aparecía enfundado en una máscara. Volver a disfrazar la identidad por un día y recuperar la sátira están detrás de la iniciativa Portugaleteko Maskaradak, el acto carnavalesco que nació el pasado año de la mano de Elai Alai y que, con la intención de que se quede marcado en el calendario como una cita tradicional, volverá a salir a las calles de la villa el próximo día 9.

El más puro estilo de los carnavales de Zuberoa volverá, por lo tanto, a recrearse en Portugalete. "Era una vieja idea que teníamos y que el año pasado por fin pusimos en marcha", explica Aitor Beitia, director de Elai Alai. Portugaleteko Maskaradak nació en una fecha muy especial, los cincuenta años de historia que la asociación celebró el pasado año y contó con muy buena acogida. "La gente participó mucho con nosotros", recuerda Beitia. Los personajes enmascarados, los morroiak, las lamiak y el malvado Egoi.

El malvado 'Egoi' Y es que cuenta Elai Alai que en el imaginario popular de Portugalete existió una vez un personaje malvado. Su nombre era Egoi, medía dos metros, lucía un largo y descuidado pelo y se encargaba de engañar a los barcos que intentaban cruzar la temida barrera de arena de la villa para hacerse con sus botines. La historia, llena de picaresca por parte de Egoi, se endulza con la presencia de Argi, una lamia que, como personaje antagónico, guiaba a los navíos con su luz por aguas seguras. Elai Alai ha hecho suya esta historia y representará la captura de Egoi y su posterior juicio para los Portugalujos, el día 9 a las 19.30 horas.

"Queremos recuperar un Carnaval con contenido porque se han perdido los carnavales de antaño. Queríamos volver a poner en la calle esa estructura", explica Beitia. Así, Elai Alai sacará del armario una vez más las máscaras y los trajes esperpénticos para la participación. Para ello solamente es imprescindible llevar una máscara; el único complemento que garantiza "que todos seamos iguales ante los ojos de los demás". "Ocurre como en el entierro de la sardina, que escenifica que todos somos iguales ante la muerte. Con una máscara, todos somos iguales al resto, ayuda a quitarse la vergüenza, ha sacar ese lado canalla...", explica el director de la asociación jarrillera. Y ese es, precisamente, el lado que buscan resaltar de estas jornadas de Carnaval.

Portugaleteko Maskaradak se sale de los cánones que rodean a las representaciones de Elai Alai. "No es una representación típica nuestra", recuerda el director a apenas un mes de haber finalizado la celebración de su cincuenta aniversario. No hay focos. Tampoco escenario. "Es una actuación de plaza de pueblo en la que queremos que pueda participar todo el mundo".

La música sonará para que los dantzaris de Elai Alai interpreten un zortziko típico de la localidad jarrillera con pasos rescatados del aurresku de la zona de Durangaldea -como la ezpatadantza- "Una gamberrada que solamente tiene un objetivo, pasarlo bien".

Recuperar tradiciones Esta fiesta será la segunda oportunidad que tendrá Portugalete para pasear las máscaras por la villa. Pero también habrá una tercera y, en Elai Alai desean que también haya una cuarta, una quinta, una décima... "Nuestra pretensión es que la mascarada perdure en el tiempo para que se recupere la esencia de los carnavales y se convierta en una tradición", anhela el director. Y este es un trabajo que la asociación lleva años poniendo en práctica porque Portugalete cuenta ya con una gran fiesta convertida en tradición de la mano de Elai Alai. "Es algo de lo que estamos muy orgullosos", subraya Beitia. Se refiere el director del grupo a la celebración de la diana portugaluja. "Se perdió con el paso del tiempo y nosotros la recuperamos en la década de los sesenta", apunta. Ahora, es uno de los actos más multitudinarios de Portugalete. La mascarada aspira a escribir un nuevo capítulo en la historia. Eso sí, con el rostro cubierto.