"Carmen y don Juan son ejemplos de cómo ver el amor de modos diferentes"

El ballet de Biarritz representa'Una noche de seducción: Don Juan, Carmen' Thierry Malandain celebra el décimo aniversario de la compañía

"Quería celebrar nuestro cumpleaños con Carmen porque es un gran nombre. La coreografía es más o menos la misma; sólo cambian la escenografía y el vestuario", explicó el coreógrafo del Ballet, Thierry Malandain.

La seducción será el hilo conductor de dos historias que reunirán a un hombre que se define como libre pensador y mujeriego y a una mujer que, según Malandain, "se regenera en el amor que busca por doquier y sin concesión". "Hablamos del amor y de la muerte a través de un hombre y una mujer, con dos puntos de vista muy diferentes. Son dos ejemplos de ver el amor", aseguró.

La obra, que el domingo fue estrenada en Biarritz, muestra a una Carmen "más narrativa y más clásica que Don Juan ".

En este sentido, el coreógrafo de la compañía explicó que el tratamiento de Don Juan "no tiene mucha relación con España ya que reflejamos un personaje mucho más universal. La música de Gluck no tiene relación directa con España y Schubert -melodía de Carmen- tampoco".

balance Malandain realizó un balance positivo de los diez años que cumple la compañía de Biarritz. "En estos momentos hay más bailarines que al principio y de los 19 centros coreográficos que hay en Francia sólo cuatro cuentan con bailarines contratados de forma indefinida. Y nuestro ballet es uno de ellos", indicó.

A este respecto, el responsable de la compañía insistió en la necesidad de contar con un grupo de profesionales durante un periodo de tiempo prolongado "para poder salir adelante y ofrecer seguridad laboral". Y aunque confesó que, "por ahora", no tienen problemas con la crisis, aseguró que esto se debe al gran número de funciones que ofrecen por todo el mundo a lo largo del año (alrededor de 90).

Las entradas para ambas representaciones tendrán un precio de 16, 22 y 30 euros.

El coreógrafo del Ballet de Biarritz, Thierry Malandain, ayer en Donostia.Foto: iker azurmendi