Behin batean...

Entretenido, colorista e imaginativo espectáculo infantil, ofrecido por Kresala en 'Marixe, panpinen baleta", dentro de Quincena

Érase una vez un mundo imaginario donde reinaba la paz y la felicidad, mientras que las gentes de ese onírico lugar disfrutaban bailando bellas y coloridas danzas, hasta que los colores desaparecieron de su sitio en el Arco Iris. Marixe, espíritu protector, encomienda a Markox y a Kattalin la misión de encontrar cada uno de los 7 colores de Ostadar (=Arco Iris). Así, la pareja, ayudada por las enigmáticas pistas de Marixe, iniciará una aventura que les llevará entremezclarse con enanos, gigantes, leñadores, gitanos, soldados, zapateros, barberos y carboneros, entre otros personajes a medio camino entre la fantasía y la realidad. “Marixe, panpinen baleta” es una didáctica fábula cuya moraleja habla de la necesaria armonía del ser humano y la naturaleza. Pero, también este montaje, firmado por Faustino Aranzabal e Idoia Ibarzabal, busca cubrir un vacío en la oferta de espectáculos dancísticos destinados a ‘los peques de la casa’, porque ellos serán, en última instancia, el futuro público potencial de las artes escénicas. Se trata, en definitiva, de una inteligente e interesante introducción al mundo de la danza- en este caso, euskal dantza- para acercar a niños y mayores al folklore vasco y, por extensión, a la danza, dentro de la tradicional Jornada Infantil de la Quincena Musical. Durante 90 minutos, mayores y pequeños boquiabiertos disfrutaron, además en respetuoso silencio el colectivo infantil en su mayoría, del relato de marionetas, personajes mitológicos y bailes vascos de diferentes áreas- Lapurdi, Zuberoa o valle del Baztán-, premiando el esfuerzo de los 40 bailarines del grupo Kresala con entusiasmados aplausos.



“Marixe, panpinen baleta” está pensando en todos sus aspectos para entretener y divertir a la chiquillería. La adopción de la estética de cuento- marionetas, máscaras y demás atrezzo, colorida escenografía- junto al tono de la narración- Iñaki Beraetxe (narrador), Larraitz Zubeldia (Marixe), Gorka Otxoa (Markox) y Oihana Maritorena (Kattalin)- corroboran la ansiada recreación de la atmósfera de una fábula. Recursos como el colorido, además leit motiv del argumento, la música, interpretada en directo, y la aparición de marionetas en escena- incluso la propia Marixe es un títere-, ayudan a envolver al público infantil en la historia. Y mientras Markox y Kattalin, convertidos en personajes de carne y hueso, inician la búsqueda de los colores entre los diferentes representantes del reino animal, se intercalan diversos bailes autóctonos, muestra de la riqueza y pluralidad del folklore vasco. Así, la intercalación de la narración del fragmento del cuento y la pista aportada por Marixe, las peripecias de la pareja aventurera y las danzas tradicionales, dotan de ritmo al espectáculo, ya de por sí, animado por la vitalista música de Ibon Otaegi.



Ideado para niños entre 6 y 12 años, “Marixe, panpinen baleta” es un espectáculo nacido para cubrir el hueco en la oferta cultural de danza tradicional para públicos infantiles. Interesante iniciativa del tándem Faustino Aranzabal e Idoia Ibarzabal, que fusiona bailes tradicionales, música en directo y teatro de marionetas con una intención pedagógica. Más de treinta dantzaris, de diferentes edades, miembros del grupo de danzas vascas Kresala, ejecutan con destreza diversas piezas populares dancísticas. Enmarcado dentro de la Jornada Infantil de Quincena Musical, el espectáculo- en dos pases, 18 y 20 horas- encandiló a pequeños y mayores en su hora y media de relato, música y danzas tradicionales. Y después de la dura búsqueda, Markox y Kattalin, huyendo del blanquinegro mundo bicolor, reunieron toda la paleta de colores del Arco Iris, Marixe se acurrucó en el interior del libro hasta que se vuelva a requerir su presencia y todos felices bailaron hasta el amanecer; y colorín, colorado, este cuento ha terminado.



Iratxe de Arantzibia