El musical que Bob Fosse escribió 'de penitencia' para su, entonces, esposa.

Basada en una novela de la periodista y guionista Maurine Dallas Watkins, a partir de un suceso real que vivió en su etapa como reportera, Fosse, tras el éxito de 'Cabaret', trató de repetir ese impacto y compensar con un gran papel por su disipada vida e infidelidades conyugales a su entonces esposa, la actriz Gwen Verdon, que compartió escenario en el estreno de la obra en 1976 con Chita Rivera y Liza Minelli de suplente. Eclipsado esa temporada por 'A Chorus Line', Fosse murió en 1987 sin ver la adaptación al cine en la que trabajaba. La obra triunfó luego en cine y teatro.
Lleva toda su vida volcada en el mundo de la coreografía y del musical, poniendo sus conocimientos al servicio de shows de éxitos que van de 'Cabaret', 'Cats' o 'Los productores' a este 'Chicago' que recala en Donostia.

- ¿Cómo va la gira con el cambio de actores?

- Siempre se piensa que va a ser una catástrofe pero es mejor verlo como un punto de inflexión, buscar algo diferente.

- ¿Está presente Bob Fosse en esta adaptación?

- Siempre. Es muy difícil perder el entusiasmo bailando algo suyo.

- ¿Pensarán lo mismo sus ex mujeres?

- Seguro. Era fantástico. Lo que le hace increíble es su fórmula de que menos es más. No es: 'hago un movimiento' sino, 'qué buscas decir con ese movimiento'. Era un absoluto genio.

- ¿Qué cree que busca la gente hoy en un musical, a la vista del éxito que tienen?

- Pasarlo bien, principalmente. Creo que no hay que machacarles con mayores desgracias y eso es de lo que huyen.

- Pero este musical está basado en una historia real, con su aspecto truculento

- Ya, pero no conviene olvidar que ocurrió en 1924. La música es la mejor que hoy podemos escuchar en cualquier terreno y pienso que es lo que queda a pesar de todo lo que está pasando que no es ficción.

- ¿Cree que hay aspectos que trasladar a la actualidad

- Sobre todo, no creo que mucha música que hoy se escucha en eso que llaman círculos convencionales se pueda decir que es mejor de lo que sonaba en un cabaret en los años veinte, por muy sombrío que fuera el garito.

- ¿Qué le queda por hacer como directora artística?

- A mi edad, seguir formando es todo un triunfo. Firmaba ahora mismo hacer la siguiente versión. Pero creo que para que nos cojan el relevo los jóvenes tendrán que tomar conciencia de lo que supone el estudio. Es lamentable el nivel de los que suben, es muy bajo.

- ¿Así lo cree usted?

- Es que esto no es una profesión más donde llegas una vez porque tuviste suerte y saliste en la tele y resulta que eres un bailarín: eso es lo rápido y lo fácil. Encima de un escenario, las cosas no son así.