3.500 dantzaris logran el récord de participación en el festival de Abadiño

Los organizadores alaban el «esfuerzo» de los grupos por mantener el folklore autóctono

La asistencia de los 3.500 dantzaris, entre ellos muchos jóvenes, hicieron que los organizadores se sintieran esperanzados respecto al futuro de la danza vasca. «La presencia de tanta gente es fruto del trabajo realizado durante muchos años y del esfuerzo de todos los grupos, lo que nos hace pensar que el futuro está asegurado», coincidieron Irigoien y Oiarzabal. Tras la demostración de diferentes bailes a lo largo de toda la mañana, la fiesta concluyó por la tarde con una romería.



Relevo generacional



Como destacaron los organizadores, el mayor problema en muchas agrupaciones sigue siendo la falta de chicos en sus filas. Y es que si el hecho de optar por esta actividad entre las muchas que se le presentan a los jóvenes resulta difícil, una vez dentro, y llegada cierta edad, continuar se convierte en algo casi insólito. «Ya no es como hace años, en que, al margen de acudir a la escuela, los chavales apenas tenían otras actividades y asistir a las danzas era lo más habitual. Hoy en día hay que luchar contra el exceso de oferta y se podría decir que esto es como una ruleta: cada grupo pasa por momentos bajos y, después, vuelve a resurgir», señaló Oiarzabal.



El grupo Mendipe, de Alonsotegi, no es una excepción. En la actualidad, integran la agrupación en torno a treinta jóvenes, la mitad que hace unos años. «La verdad es que han entrado bastantes críos a partir de cinco años, pero nos seguimos quedando cojos entre los mayores, que terminan abandonando por cansancio o porque ya les apetecen otras cosas. Las chicas somos más fieles», comenta la monitora Eider Jauregi, ante el gesto de afirmación de su compañero César Saurnil.