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Fallece Ion Beitia, el maestro de las figuras vizcaínas de la danza

Apodado el ‘Nijinsky vasco’ en su etapa de bailarín en Nueva York, destacó en la docencia, a la que se consagró durante tres décadas

Egilea
Iratxe de Arantzibia
Komunikabidea
El Correo
Tokia
Bilbo
Mota
Albistea
Data
2016/05/08
Lotura
El Correo

El reconocido profesor de danza Ion Beitia (1947) falleció el pasado miércoles, a consecuencia de un fulminante cáncer, a la edad de 69 años. Rodeado de su mujer, Marian Fernández, y de sus tres hijos, el óbito se produjo en Barcelona y ha cogido por sorpresa al mundo de la danza en Euskadi. La noticia trascendió a través de las redes sociales, que se atestaron de mensajes de condolencia de antiguos alumnos, como Jaione Zabala, actual maestra de ballet de la Ópera de Graz, en Viena, quien reconoció que Beitia «me enseñó a manejar los obstáculos, trabajando duro y nunca rindiéndose. ¡Era único e inigualable!».

Nacido en la localidad vizcaína de Güeñes, Beitia dio sus primeros pasos dentro del mundo del ballet a los cinco años, de la mano de la maestra húngara Valentina Grigorieva, en el orfanato vizcaíno en el que fue internado. Tras abandonar el ballet a los doce años, retomó su afición al unirse a los Ballets de Olaeta, cuyos espectáculos se basan en las danzas tradicionales vascas. En una gira con éstos por Estados Unidos, Beitia quedó fascinado con Nueva York, ciudad en la que se asentó y se integró en el Joffrey Ballet. Los norteamericanos le pusieron el sobrenombre del ‘Nijinsky vasco’.

Beitia contrajo matrimonio en 1974, época en la que volvió a establecerse en el País Vasco debido a una lesión. En la década de los 80 inauguró su propio estudio de danza en Leioa, donde pronto destacó en la formación de bailarines, gracias a su técnica importada de la escuela americana. «Ion Beitia es como la flor de edelweiss. Crece donde nada crece. Un milagro», aseguraba un diario en los años 80. Por aquellos estudios pasaron gran parte de los bailarines vizcaínos que desarrollaron una carrera internacional, como Asier Uriagereka (primer bailarín retirado de los Ballets de Monte-Carlo), Javier Amo (primer bailarín del Ballet de la Ópera de Munich), Leire Ortueta (primera solista retirada del Royal Ballet de Londres), Mónica Zamora (primera bailarina retirada del Birmingham Royal Ballet) o Mikel Jauregui (primer solista retirado del Real Ballet de Flandes, en Amberes), entre otros. En sus últimos años, Beitia siguió ejerciendo la docencia en Barcelona y Madrid.

La escuela de ballet bilbaína de Roser Carrer le tributará un homenaje en su festival de fin de curso el próximo 11 de junio, en el que participarán recientes alumnos de Beitia, quien también será recordado en una actuación en Ávila, el 24 de junio.

Ion Beitia.
Ion Beitia. / Jordi Alemany

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